¿QUÉ ES LiTWL?


LA TIERRA BALDÍA 
      ¿Cuáles son las raíces que arraigan, qué ramas crecen

      en estos pétreos desperdicios? Oh hijo del hombre,
      no puedes decirlo ni adivinarlo; tu sólo conoces
      un montón de imágenes rotas, donde el sol bate,
      y el árbol muerto no cobija, el grillo no consuela
      y la piedra seca no da agua rumorosa. Sólo
      hay sombra bajo esta roca roja
      (ven a cobijarte bajo la sombra de esta roca roja),
      y te enseñaré algo que no es
      ni la sombra tuya que te sigue por la mañana
      ni tu sombra que al atardecer sale a tu encuentro;
      te mostraré el miedo en un puñado de polvo.
                   
(Tr) Thomas Stearns ELIOT, La tierra baldía y otros poemas, Barcelona:
Picazo, 1977. Traducción de Agustí Bartra.


“Parado, mesmo qando ando”
Marcel Duchamp 

Esta frase, recogida en un sobrecito de azúcar que iba junto a algún humilde carajillo, representa sin embargo una importantísima parte de uno de los corpus teóricos a su vez más influyentes en el arte actual: “…les lancé el botellero y el urinario y me los devuelven como hecho estético…” dijo en una conferencia, ya en los 60´s, al constatar que su trabajo había sido llevado a una cierta categoría para ser comercializado como obra de arte única, cuando él proponía sus ready-mades para uso y disfrute general del arte, una idea que más tarde, y con perspectiva histórica, Joseph Beuys llamaría “concepto ampliado del arte”. Todos podemos acceder al arte y de hecho todo el mundo es un artista, como ya había corroborado Piero Manzoni enlatando sus propios excrementos y exponiéndolos en una galería de arte en el año 1961. Según él, las deposiciones humanas son la verdadera escultura fruto de nuestro ser, de nuestro interior, y hasta ese momento la escultura respondía sólo a posiciones estéticas caducas. Y tenía razón, porque el arte conceptual acabó con el objeto artístico directamente, transformándolo en idea. Lo que hoy respiramos aún en el pensamiento contemporáneo, aunque lejos de aquellas utopías, que más bien están convertidas por este capitalismo salvaje en promociones publicitarias y parques temáticos. Los gestores de la cultura quieren afirmarla ahora como una fábrica para entretener, como a los chiquillos, y los verdaderos artistas no les tenían que haber dado ideas.

Vista la situación cínica en la que se mueve el arte, debemos volver a Duchamp y sus conceptos de “reposo ultrarrápido” o “geometría subvencionada”, en la línea del hecho paradójico de estar parado y a la vez en marcha, que no es otro que la toma de posición “fuera del arte” que se debe tomar en lugares como the waste land. Paseamos por aquí confundidos, como multiplicidad pululante, que diría Cirlot, como almas en pena por los arrabales de la tierra baldía, baldía también de ideas, aguantando un chaparrón improductivo de ignorancias. Parados porque no se asumen nuestros papeles en esta sociedad, en marcha porque nos defendemos. “La autocomplacencia es el cáncer de toda sociedad” decía el gran Dubuffet, y la tierra desierta es el paisaje de fondo, lo digo yo. 

Y puesto que es hacia la desertización a donde literalmente nos dirigimos, gracias a nuestro astuto interés dejaremos de herencia un planeta cochambroso, la tierra yerma debe ser explorada y asumida (en vez de salir huyendo), y hay que buscar en todas las capas de la población gente consciente y agruparlos en guerrilla para ello. Si el paisaje es el hogar y campo de acción, desde el arte, y el entorno la gran escultura que nos espanta por ser real, se establecerá un nivel crítico en the waste land, y digo crítico por lo grave de la situación.

Fernando López
Albacete, Febrero de 2011